El Distrito Nacional ha crecido rapidamente y sufrido muchos cambios en su estructura social, política y judicial (como veremos en otros artículos). Sin embargo, el transporte público del mismo no ha logrado adaptarse a esta necesidad desde las cheitas, sistema de transporte público que iba de Santiago a Ciudad Trujillo (Distrito Nacional hoy día) a mediados del siglo XX.
Según (INTEC, 2007), para 1986 el 55 por ciento de la población se trasladaba en conchos, el 25 por ciento en motocicletas y el 20 por ciento en autobuses y minibuses.
Los moto-conchos, que no son más que motocicletas, están prohibidas en el acápite “a” del artículo 135 de la (Ley 241, 1967) para el transporte de personas. Sin embargo, se han sumado por uso y costumbre a las distintas modalidades de transporte, principalmente en los sectores populares del Distrito Nacional con caminos en malas condiciones.
Para 1991 se registran 14 cooperativas de transporte, las cuales operaban alrededor de 170 vehículos (110 autobuses y 60 minibuses), pero debido a una falla del sistema, para 1995 solo se registran cuatro (4). Para este mismo año la oferta del sistema solo satisface el 64 por ciento de la demanda del transporte colectivo, pero hay un cambio en los porcentajes por modalidad. El 36 por ciento viajaba en conchos, el 33 por ciento en minibuses, el 24 por ciento en microbuses y el restante siete (7) por ciento en autobuses.
Para esa fecha el 75 por ciento de la población se movilizaba en el 24 por ciento del total de vehículos y un 25 por ciento se movilizaba en el 55 por ciento de la flota vehicular a través de vehículos privados.
Según (Jhael Isa, 2016), para el 2004 se contabilizan unas 19,400 unidades autorizadas para el transporte colectivo, de esa cantidad los conchos representaron un 74.2 por ciento, 20.1 por ciento minibuses y 4.8 por ciento los autobuses. Para el 2011 se tienen unas 19,388 unidades autorizadas, donde el 84.6 por ciento va para los conchos, el 8.8 para microbuses, el 6.1 por ciento para minibuses y el 0.5 por ciento para autobuses.
El gráfico anterior muestra cómo ha ido aumentando el porcentaje de conchos a través de los años, y claramente cómo ha ido disminuyendo el porcentaje de autobuses, lo que indica que vamos de mal a peor, pues aumentamos el número de unidades en las calles, pero estamos reduciendo la oferta de asientos y, por ende, la de pasajeros, sin mencionar los efectos negativos al medio ambiente que esto provoca.
La oferta actual existente en el Distrito Nacional es la siguiente:
Autobuses Estatales (OMSA): Con capacidad de 54 pasajeros sentados y un personal compuesto por un (1) chofer y un (1) cobrador.
Autobuses Sindicales (Microbuses y Minibuses): Con capacidad de 12-30 pasajeros sentados y un personal compuesto por un (1) chofer y un (1) cobrador. El siguiente mapa muestra algunas de las rutas de autobuses que están autorizadas para transitar en el Distrito Nacional.
Autobuses Privados: Con capacidad de 54 pasajeros sentados y un personal compuesto por un (1) chofer y un (1) cobrador.
Carros Públicos (Conchos): Con capacidad de cinco (5) pasajeros y un personal compuesto por un (1) chofer.
Moto-conchos: Con capacidad de dos (2) pasajeros y un personal compuesto por un (1) chofer.
Taxis (Servicio Privado): Con capacidad de 1-4 pasajeros y un personal compuesto por un (1) chofer.
Metro de Santo Domingo: Con capacidad de 240 personas por vagón y un personal compuesto por un (1) operador, además de unos cuantos agentes de seguridad. (Ver Ilustración 16)
En la República Dominicana hay unas de 1,710 rutas de transporte público, reguladas en su mayoría por la OTTT (89 por ciento), de las cuales 602 corresponden al transporte interurbano nacional y 55 tienen origen o destino en el Distrito Nacional, el cual está interconectado con todas las provincias del territorio nacional. A diferencia de las rutas urbanas, estas ofrecen un servicio directo, formal y con mejor calidad y beneficio. (OTTT, 2014)
Las rutas urbanas operan en un 84 por ciento con conchos, mientras que las rutas interurbanas operan en un 68.9 por ciento con minibuses.
A pesar de la gran oferta que se aprecia, la demanda sigue siendo mayor debido al solapamiento existente de las rutas correspondientes a cada sindicato y tipo de vehículo (Ver Mapa 18), es decir, hay ciertos puntos de la ciudad en donde existe una sobreoferta de asientos, mientras que hay otros puntos en donde no son suficientes porque no han sido demarcados como puntos de importante flujo de usuarios.
Los gráficos de arriba muestran los datos del informe (Volúmenes de Tráfico Vehicular y de Personas en Cordón Externo del D.N., 2014), indicando que, en promedio, el 75.30, el 22.40 y el 2.30 por ciento de los usuarios utilizan transporte público, vehículos privados y vehículos pesados, respectivamente.
Según el gráfico anterior, el parque vehicular de la República Dominicana está representado, en promedio, por el 60, 32 y ocho (8) por ciento de vehículos con edades mayor de 15 años, de 5 - 15 años y menores de cinco (5) años, respectivamente. Tomando en cuenta que el gran porcentaje de esos vehículos se encuentran en el Distrito Nacional y corresponden a los sectores público y público – privado.
De todos ellos, nos encontramos con las siguientes edades promedio para el transporte público:
Y resulta, como muestra el gráfico anterior, que los que tienen edades promedio más altas son los más representativos de este sector, dedicados al transporte urbano e interurbano de nuestras provincias. Las consecuencias de todo esto son muy claras. El Distrito Nacional está inundado de vehículos de baja capacidad de pasajeros destinados al transporte público, provocando grandes congestionamientos, con edades medias de 23 años. Unidades en mal estado por los costos de mantenimiento y el alto grado de participación en choques de tránsito. Por ende, hay una baja rentabilidad, falta de coordinación entre las federaciones de transporte y una eficiencia mínima; y ni hablar de lo que representa el costo del servicio para los usuarios del sistema.
El grupo minoritario perteneciente al transporte de mercancías tiene sus propios retos, sin embargo, presenta características similares a las del transporte público y son uno de los factores más influyentes en algunas vías de la ciudad en cuanto al congestionamiento en horas pico, además de la falta de control y medidas legislativas que este grupo presenta.
Este es un fragmento de la tesis titulada "Propuestas de Fortalecimiento del Centro de Control de Tránsito e Implementación del Sistema Integrado de Multas y Sanciones del Distrito Nacional" de Adonai García y Oliver Guzmán.
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