Es interesante comprobar que, según Ikea, el futuro pasa por apuntarse al coliving o lo que podría traducirse por “compartir piso o casa… o barrio” aunque sea con desconocidos, “Guarderías, agricultura urbana, comidas comunitarias, gimnasio, transporte compartido y venta minorista, son algunos de los elementos que caracterizarán este futuro no tan lejano”.
La cohabitación permite combatir la soledad de tantos urbanitas en medio de la multitud. Crear “comunidad de vida” permite a las personas sentir que pertenecen a un grupo y eso no sólo mejora su salud sino también su estado de ánimo.
Por otra parte, Ikea ha presentado en España la colección de muebles robotizados Rognan, pensados para aprovechar al máximo el uso de las viviendas pequeñas. Es decir, permiten transformar de manera flexible el espacio de dormitorio a vestidor o de estudio a salón por citar dos ejemplos. Un mueble “todo en uno” que cambia con un solo botón. Esta experiencia transformista se inspira claramente en el movimiento de las “minicasas”.
¿Qué respuesta da la exposición al desafío de la generación de energía en el futuro? Para resolver el problema se propone un proyecto que utiliza paneles solares y tecnología de manera que sean los propios hogares quienes generen energía renovable. Solarville, que así se llama la iniciativa, prevé que cualquier exceso de electricidad generada pueda ser comprado por otros hogares en la comunidad directamente utilizando la tecnología blockchain.
En este futuro, que me suena muy presente, Ikea se imagina que los ciudadanos van a cultivar sus propias plantas y verduras en el hogar. De hecho, muchos ciudadanos lo hacen ya gracias a invernaderos para uso privado como Myfood e incluso los supermercados se están apuntando a la moda ‘grow it yourself’ (plántalo tú mismo).
Desde hace un tiempo Ikea se propuso ir abandonando los plásticos de un solo uso en sus tiendas. Y ahora ha decidido dar un paso más allá: aprovechar estos desechos para convertirlos en futuros materiales. La economía circular en marcha o, para ser más precisos, la economía textil se abona a la circularidad. Musselblomma es una colección de textiles fabricados con plásticos reciclados recogidos en el Mediterráneo por pescadores españoles.
Artículo obtenido de: www. elpais.com
Comments