Situada en un terreno de 23 hectáreas dedicado a la agricultura ecológica y con un jardín circular de 3mil metros cuadrados, esta casa en la roca era el hogar del vigilante de la propiedad. Sin embargo, su encanto rural la hacía perfecta para ser un pequeño santuario vacacional, por lo que fue rehabilitado por los arquitectos Andrés Moreno y Manuel Murillo de UMMOestudio, quienes crearon un diálogo entre los elementos preexistentes y el nuevo espacio amplio y diáfano.
El hormigón y el mármol se combinaron con las aperturas de vidrio que dan hacia el sur, dejando entrar la luz natural en el interior y creando juegos de transparencia. Se trató de minimizar el impacto sobre las paredes y los techos de piedra para conservar su encanto y reforzar la conexión con la naturaleza circundante. Las piezas de mobiliario de madera brindan calidez al proyecto cuyo diseño interior fue concebido por la propietaria y artista Pilar del Pino. Como resultado esta vivienda de 104 metros cuadrados es un seductor refugio que se puede rentar para estancias cortas.
Comments