Los hallazgos son un recordatorio sorprendente de cómo las decisiones aparentemente arbitrarias tomadas hace siglos todavía nos afectan hoy
Los restaurantes ubicados en las calles de la ciudad obtienen mejores calificaciones de Yelp que los ubicados en las avenidas, según un análisis inteligente realizado por Alex Bell, residente e ingeniero de la ciudad de Nueva York.
Las calles de Manhattan suelen ir de este a oeste. Son más cortas, más estrechas y menos transitadas que las avenidas, que van de norte a sur y tienden a ser vías principales, tanto de vehículos como peatonales.
Hace varios meses, el economista de George Mason Tyler Cowen grabó un podcast con el experto en planificación urbana Alain Bertaud de la Universidad de Nueva York. Cowen preguntó si las calles o avenidas de Manhattan tenían mejor comida. “Definitivamente en las calles”, respondió Bertaud, porque “tienes más restaurantes de especialidades en las calles. En las avenidas, hay más personas que son solo transitorias, simplemente pasan y buscan comida más rápida”.
Bell decidió probar esta hipótesis recogiendo las reseñas de Yelp de 20,000 restaurantes de Manhattan. Los datos mostraron que el restaurante callejero promedio tenía una calificación de Yelp de 3.62 estrellas, mientras que aquellos en las avenidas recibieron 3.49 estrellas, una diferencia que probablemente no sea un ruido estadístico aleatorio.
Más aún, los restaurantes sobresalientes, aquellos con una calificación de 4.5 estrellas o más, tenían casi un 50 por ciento más de probabilidades de estar ubicados en una calle que en una avenida. Bell descubrió que "el 18% de los restaurantes en las calles tenían un puntaje de 4.5 o más, en comparación con el 13% de los restaurantes en las avenidas".
Las calles ven menos peatones, y los restaurantes fuera de lo común pueden necesitar optimizar la calidad para que los clientes regresen. Los restaurantes en las avenidas, por otro lado, tienen prácticamente garantizado un flujo de tráfico relativamente grande. Eso puede obligarlos a poner más énfasis en el volumen, especialmente si se trata de alquileres más altos como resultado de su ubicación más ocupada.
No es difícil ver este principio general válido también para otras ciudades. Las carreteras principales a menudo albergan restaurantes de comida rápida y comida informal rápida.
Al final, las peculiaridades estructurales de la cuadrícula de las calles de Manhattan proporcionan un práctico experimento natural para explorar las tensiones inherentes entre calidad y cantidad en el negocio de los restaurantes. Es un recordatorio sorprendente de cómo las decisiones aparentemente arbitrarias tomadas por los planificadores de la ciudad hace siglos todavía tienen un impacto concreto en nuestras vidas hoy.
Fuente: Christopher Ingraham, "The surprising influence of Manhattan’s street grid on New York restaurant reviews", Tha Washington Post
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