#tbting– Se aprueba la patente del sistema de seguridad para ascensores otis
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En este mes en 1861, la patente de EE. 31.128 fue entregado a Elisha Otis para su ascensor de seguridad.
Elisha Otis (1811-61) fue una inventora estadounidense por excelencia, una de esas figuras generales que, con un poco de talento para el espectáculo y un poco de suerte (para compensar el sentido comercial mediocre), fundó una de las empresas más duraderas del país.
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Después de muchos negocios y empresas fallidas, desde máquinas de pan hasta motores oscilantes, Otis se topó con la invención que revolucionaría el uso de elevadores mecánicos en edificios. Una cosa era que los sacos de harina se derrumbaran cinco pisos en los nuevos edificios de cinco pisos en ciudades como Nueva York; pero la gente había dudado en subir a bordo y probar con los desvencijados montacargas. En 1852, Otis ideó una parada de seguridad que atraparía un ascensor en caída.
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Tal como estaba, a nadie le importaba realmente, y las ventas fueron lentas o inexistentes, hasta que Otis se involucró en una especie de espectáculo que ha enorgullecido a los inventores de este país, desde Robert Fulton hasta Ron Popeil. En 1854, cuando se organizó una Feria Mundial en Nueva York, Otis creó un modelo a escala real para demostrar su invención. Con gran estilo teatral, se colocó en la caja e hizo que un hombre golpeara su cordón de soporte con un hacha mientras una multitud reunida observaba. Para su horror, asombro, alivio y máxima emoción, el elevador cayó solo unos centímetros antes de ser atrapado, momento en el cual Otis gritó dramáticamente: "¡Todo a salvo!"
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Inmediatamente, comenzaron a llegar pedidos para el artilugio, principalmente de almacenes donde el factor de personas aún era bastante bajo. Tres años más tarde, un alma valiente decidió intentar mover a la gente en ellos. El 22 de marzo de 1857, se instaló el primer ascensor de seguridad para pasajeros (en 488 Broadway, el gran edificio Haughwout). En unas pocas décadas, esta invención cambiaría el aspecto de las ciudades de Estados Unidos. No fue la estructura de acero lo que hizo posible el rascacielos –la gente ha estado construyendo cosas muy altas desde los días de Keops–; Fue el ascensor el que hizo prácticos los edificios altos. Otis se convirtió y sigue siendo el mayor fabricante de ascensores del mundo; Su sello está en los umbrales de los ascensores desde el Kremlin y el Monumento a Washington hasta la Torre Eiffel y el Burj Khalifa.
Fuente: Clio's Calendar
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